ALGO QUE NO
ESPERABA
Estaba lloviendo, yo corría buscando un lugar
seco donde refugiarme, todo pintaba para ser uno de esos días que en verdad
detesto… A lo lejos miraba un lugar perfecto para mi situación, me pare y
esteba dispuesta a esperar lo que fuese necesario hasta que cesara de llover,
mientras tanto, miraba como la gente corría de un lado para otro y lo único que
pasaba por mi mente era si esas personas les disgustaba tanto la lluvia como a mí,
oh de no ser a si, cuál sería su razón para correr sin rumbo para todos lados…
Algunos niños le lloraban a sus padres por no dejarlos mojarse, y me decía,
“pues son niños, quieren divertirse y no piensan lo que hacen”, pero después
llegue a la conclusión de que yo aun en mis años buenos de la infancia tampoco
me agradaba la lluvia, entonces que era lo que me pasaba?, cual era la razón de
simplemente no simpatizarme? Claro, entiendo que es un regalo de dios que nos
manda del cielo y que también es esencial en nuestra vida en este mundo, pero
aun así no terminaba por agradarme… En eso entre toda la gente corriendo y
niños llorando, preste atención a una, solo una persona en una escena dramática
con paisaje trágico para mí, pero lo inusual era que no lucia como yo esperaba,
caminaba lento con una sonrisa en su rostro sin mirar a quien lo rodeaba,
parecía disfrutar lo que estaba pasando, llamo tanto mi atención que seguí
mirándolo hasta que llegara a su destino, sin darme cuenta que hacia donde se dirigía
era precisamente a un lado mío. Cuando reaccione ya lo tenía frente a mí, se sacudía
su pelo castaño claro y las gotas de agua caían de su piel blanca, el seguía
sonriendo y yo moría por preguntarle el porqué de su felicidad, pero quede
muda, sin palabras, pero aun así, sin dejar de mirarlo, creo que se dio cuenta
de mi asombro hacia él y aun reía mas, su sonrisa en verdad era linda, mi cara
no la puedo imaginar pero supongo que era patética. Cuando paro de llover el
agarro su mochila que había dejado en el suelo y con una voz inconfundible
escuche… Qué hermoso día no lo crees?, me miro y sonrió por última vez.
Tenía 16 años en ese entonces y hasta el momento
la lluvia sigue sin agradarme, pero podría decir que ese día frustrante que
parecía ser, resulto uno perfecto para mi primer amor.